Un poco de nuestra historia…..
El cultivo del arroz en Valareña comenzó a final de la década de los 80 (comienzos 90), las variedades elegidas eran de ciclo medio, con menos necesidades de temperatura que las cultivadas hasta entonces y la desaparición de los Cotos Arroceros, lo cual liberalizó la siembra de arroz que hasta entonces sólo se podía realizar en las zonas autorizadas.
A partir de 1.985 (en Aragón) se comenzó a cultivar la variedad Lido, procedente de Italia y con unas exigencias menores de temperatura, por lo cual con un ciclo más adaptado a nuestra zona.
La mayor parte de las hectáreas sembradas de arroz en Aragón lo están en zonas poco aptas para el desarrollo de otras especies vegetales debido a sus exigentes condiciones tanto climatológicas como agronómicas, lo que implica que sin la alternativa del cultivo del arroz el agricultor se vería obligado a dejarlas en abandono.
En nuestra comarca las condiciones naturales de las tierras de cultivo, su latitud y altura sobre el nivel del mar, y la extraordinaria pureza de las aguas empleadas, favorecen un óptimo llenado del grano, lo que dan a nuestro arroz un sello de calidad asegurado.
¿Por qué nuestro arroz?
La actual situación del mercado exige una diferenciación del producto, con una clara apuesta por la calidad. La noción de calidad es un concepto muy amplio que varía en función del colectivo que lo considera:
•La industria arrocera aprecia la capacidad de producir granos enteros en la elaboración, o su adecuación a procesos de precocinado y congelación.
•Los consumidores finales suelen fijarse en el color o en la consistencia y adhesividad que ofrece el grano cocido.
Todas estas características dependen en primera instancia de factores genéticos, es decir la variedad, no todas las variedades ofrecen las mismas características, otro factor para tener en cuenta son condiciones de cultivo y los posteriores procesos de secado, almacenaje y elaboración.
Es en este punto donde la Cooperativa de Valareña adquiere su auténtica dimensión, al estar presente desde el momento de la siembra hasta la comercialización del producto acabado que hace que el producto esté controlado en todo momento lo que garantiza al consumidor calidad y seguridad alimentaria.